Hasta los últimos años, y especialmente después de la pandemia sufrida en 2020, no se había comenzado a dar toda la importancia que merece a nuestra salud mental y a los aspectos psicológicos y emocionales de las personas.
La cultura del autocuidado siempre se ha centrado más en el aspecto físico y “estar en forma” para mantenernos saludables. Pero ¿qué hay de estar “en forma” emocionalmente? ¿Sabemos realmente la importancia de y repercusión de la salud emocional en nuestras vidas?
Afortunadamente este es un tema que parece empezar a preocupar más a la sociedad y en los últimos años estamos poniendo atención a la salud mental, a las emociones en la infancia y al bienestar emocional.
Podemos pensar que una autoestima sana es algo que se tiene o no se tiene, pero es una idea errónea. Lo que nos rodea (figuras de apego, relaciones, experiencias, entornos) durante nuestro crecimiento desde la primera infancia hasta la adolescencia va a moldear nuestra autoestima.
Por esto es tan importante conocer esta parte de nosotros, trabajarla, saber cómo fomentar una autoestima sana desde la infancia y también cómo trabajarla de forma personal a lo largo de nuestra vida. Depende de factores externos pero también depende en gran parte de uno mismo. Los mensajes que nos enviamos a nosotros mismos flotan de forma constante en nuestra mente y acaban calando y convirtiendo ese pensamiento en una realidad. Si a menudo te dices a ti mismo “eres feo y caes mal” acabarás por creerlo y actuarás como si lo fueses, por el contrario, si te repites constantemente “tengo mi propio encanto, yo gusto por ser como soy” también acabarás creyéndolo y será lo que transmitirás a tu alrededor, y por ello gustarás, lo cual provocará aumento de tu autoestima y los mensajes hacia ti mismo serán cada vez más positivos.
Es imprescindible conocer los recursos y herramientas para desarrollar una autoestima sana, estar bien con uno mismo se traduce en estar bien con los demás, y viceversa.
Alcanzar una autoestima sana no solamente nos ayuda a valorarnos física y psicológicamente, si no que va a influir a muchos otros aspectos de nuestra vida: consecución de logros, relaciones afectivas sanas, aspiración a buscar trabajos gratificantes, gestión de la frustración, el estrés o los conflictos, autoconfianza, metas personales más altas, mayor habilidad social…
El objetivo de Emocentro es visibilizar la importancia de la autoestima desde la infancia y la adolescencia para ver crecer niños felices, respetuosos consigo mismos y sus iguales y que se conviertan en adultos emocionalmente realizados.